miércoles, 18 de diciembre de 2013

MEXICANOS DEBEMOS EXIGIR EFICIENCIA LEGISLATIVA, O APLICAR LA REVOCACIÓN DE MANDATO

                                                    
 
Por Eduardo Lara Peniche

Cancún Q. Roo 18 de diciembre 2013.-La democracia que tanto presumen las instituciones mexicanas, hoy, más que nunca, ha quedado de manifiesto que es tan sólo una más de las grandes y ofensivas mentiras de los integrantes de la clase política del país, quienes únicamente se preocupan por satisfacer las ambiciones desmedidas de un sistema económico internacional que promueve la miseria de los pueblos.

Ante la interminable cascada de reformas constitucionales y legales, a los mexicanos nos debe de quedar muy en claro que ya es hora de poner un freno total a los abusos que desde el poder los políticos cometen sin mayor repercusión a sus intereses y beneficios personales, todos ellos opuestos a las necesidades de la población a la que dicen representar, pero que en los hechos, con evidencia contundente, desprecian olímpicamente.

                                                         
 

Considero, estimado lector, que la aprobación a vapor de la reforma energética es una ofensa que requiere una sanción ejemplar a la clase política nacional puesto que ésta acción irrespetuosa y ofensiva de los legisladores federales y estatales no es más que una muestra del desprecio total que esos personajes tienen hacia el pueblo, desprecio que ocasiona hambre, enfermedades e ignorancia, elementos que son utilizados para simular la democracia que tanto presumen pero que en los hechos reales no aplican.

El gran desprecio hacia el pueblo demostrado por las autoridades al utilizar la fuerza pública para lograr aprobar la reforma energética en los congresos estatales, ignorando la opinión de la mayor parte de los ciudadanos debe de ser uno de los argumentos que se deben aplicar como fundamento para solicitar la renuncia inmediata de esa gavilla de traidores, puesto que sus acciones ante las reformas aprobadas dejan suficiente evidencia de que no cumplen con su obligación constitucional de representar al pueblo y si no cumplen con su función, entonces ¿por qué deben seguir cobrando un salario que no justifican, al ignorar la voz del pueblo?

                                                
 

Ya es hora de que el pueblo en conjunto haga valer el artículo 39 Constitucional "La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."

Si la Constitución lo consigna, los ciudadanos debemos de exigir que se cumpla y como la misma Constitución nos faculta, si pretendemos que mejoren las condiciones de vida de nuestra sociedad, en obligación impostergable modificar la forma de nuestro gobierno y para empezar, debemos de presentar la urgente iniciativa de Ley de Revocación de Mandato, puesto que quienes dirigen los destinos de nuestra sociedad no están cumpliendo con el mandato que se adjudicaron mediante la toma de protesta al cargo, particularmente con la condición de que el poder público se instituye para beneficio del pueblo.

Pero como sabemos muy bien la reacción de esos malos empleados del pueblo, quienes se negarán a dar trámite a nuestras demandas y menos en 10 minutos, como lo hicieron en el mayor desfalco a la nación, e incluso ordenarán a la policía reprimirnos, debemos de ser objetivos y claros en nuestras acciones, así que consideremos que para que la policía nos agreda por orden de esos traidores es indispensable que les paguen un salario, aunque miserable, y si no se les paga la policía no actuará, pues la primera acción contundente para frenar los abusos, los excesos, las arbitrariedades, la corrupción y la impunidad, es dejar de pagar impuestos, esos impuestos que le permite a los gobernantes pagar sus lujos inmerecidos y la protección de las instituciones policiacas y militares que reprimen al pueblo para proteger a los traidores.

Hoy como nunca antes, la sociedad mexicana debe asumir su responsabilidad, no esperar a un mesías político que ofrezca espejos a cambio de oro y actuar en forma inteligente, organizada, informándose de la verdad, si es que esperamos mejorar nuestras condiciones de vida y garantizar un mejor futuro para nuestras familias.

ES CUANTO

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