Por Oscar Meza
Cancún Q. Roo 23 de marzo 2014.-Los síntomas son tan graves que, a pesar del esfuerzo gubernamental de última hora por mantenerlo con vida, el pronóstico es sumamente reservado; con más del 70 por ciento de los negocios cerrados el centro de Cancún, el principal destino turístico de México y Latinoamérica, se encuentra en terapia intensiva.
Las causas del terrible mal que por años padece al primer cuadro de la ciudad, son el abandono permanente de las administraciones municipales y estatales, junto con el plan turístico Todo incluido que limitó considerablemente la llegada de turistas a ese sitio.
Pero quien lo colocó, en los últimos tres años, prácticamente en estado vegetativo y con pocas esperanzas de vida, es el crimen organizado.
Luego de tenerlo en el olvido durante las dos últimas administraciones y de cara al Tianguis Turístico de México que se celebrará del seis al nueve de mayo próximo en este polo vacacional, el gobierno del estado inició a “tambor batiente” la reactivación del centro de Cancún, casualmente tras la victoria del PRI en las elecciones recientes.
Los trabajos, en el que se invierten más de 50 millones de pesos, y que se desarrollan a marchas forzadas no convencieron del todo a empresarios y colegios de profesionales, debido a que no los tomaron en cuenta en la elaboración del proyecto, pero destacaron el interés por reactivar el primer cuadro.
Las pérdidas económicas de los inversionistas son tan grandes como el temor que tienen para denunciar la respectiva “cuota” que la delincuencia organizada les exige y que a muchos los orilló a cerrar sus negocios, ante la amenaza de perder la vida o la de sus familias.
En el más reciente caso, inversionistas yucatecos pagaron por adelantado seis meses de renta para instalar un bar en la avenida Yaxchilan, la otrora zona rosa de Cancún, pero ante la exigencia de 70 mil pesos mensuales por el “derecho de piso”, decidieron no abrir el negocio y en menos de 12 horas ya estaban de regreso en su natal Mérida, Yucatán.
En esa avenida, que luce en el más completo abandono, solo quedan 5 ó 6 negocios nocturnos abiertos; el restaurante La Placita, paso obligado de cónsules, artistas y comunidad cancunense por sus especialidades en cortes de carnes finas, cerró sus puertas recientemente luego de 28 años de su apertura.
Mientras que los mercados de artesanías lucen desolados, los escasos locales abiertos están en espera de que algún despistado turista se anime a comprar sus artículos o enervantes.
El inalterable avance de las mafias del narcotráfico parece no tener límites, ni freno alguno por la autoridad correspondiente, pues de acuerdo con hombres de negocios de la industria de la diversión nocturna, ya sentaron sus reales en los bares y restaurantes ubicados en la Plaza de Toros y discotecas de la zona turística.
“Se trata de una mafia subterránea que todos saben de su existencia, especialmente las corporaciones policíacas, pero nadie se atreve a ponerles un alto, ya sea porque están coludidas, por pánico a ser “levantados” o por el llamado Pacto por Cancún”, revelan empresarios del ramo restaurantero que fundaron este destino turístico.
La pesca
Y mientras continúan en el escritorio los planes de rescate del grave deterioro ambiental que registra, y funcionarios estatales y locales se toman la foto en limpiarla de basura, la laguna Nichupté permanece como fosa séptica de la zona hotelera de Cancún.
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