Roberto Guzmán añadió que si bien las diez Marchas Gays, como movimientos sociales que son, por los Derechos de la comunidad LGBT realizados en Cancún han sido mecanismos a través del cual han manifestado sus inconformidades, han sido también mecanismos de presión para llamar la atención a quienes ostentan el poder sin importar cuál sea la causa.
"El derecho a la protesta y a la movilización social solo busca luchar contra la imposición o asignación de roles que conllevan a impedir cambios sustanciales en la forma de actuar y ser de nuestro colectivo", dijo.
Apuntó que diez marchas han sido la lucha en Quintana Roo contra la estigmatización de ser catalogado como "jotos, antinaturales, depravados y pederastas", incluso transmisores de infecciones y propagadores del SIDA, tan solo por el hecho de no compartir las "absurdas" políticas estatales que claramente están hechas para satisfacer solo las necesidades de los que no son homosexuales.
"Los movimientos gays en todo el país no son ni el principio ni el fin de la historia, han sido un eslabón importante en la lucha permanente por nuestras libertades democráticas. Son y seguirán siendo la irrupción como portadores del malestar y las insatisfacciones contra esos sectores que se oponen a reconocer lo que por derechos nos corresponde, son la esperanza libertaria y antiautoritarias que expresaremos siempre de manera multitudinaria", expresó.
Destacó que la iniciativa legislativa del PRI ha prohibido en toda la entidad las manifestaciones públicas, censurando y coartando el derecho a la libertad de manifestación, y castiga con cárcel a quienes ejerzan su derecho al mismo, estableciendo que para manifestarse deben solicitar permiso antes de 48 horas en la Secretaria de los Ayuntamientos y que el Gobernador es la autoridad máxima correspondiente de las decisiones.
Ante esto, la seguridad y buen fin de la XI MARCHA LGBT 2014 no debe efectuarse, ya que la autoridad estatal puede intervenirla si "alterara el funcionamiento de las instituciones que prestan algún servicio, la paz, la tranquilidad, de la o las comunidades, o se impide el normal desarrollo de las actividades de los demás habitantes o sus derechos humanos".
Asimismo, continuó, "si llegásemos a proferir injurias, a manifestar nuestros afectos, nuestra cultura que nos caracteriza incluso hacer uso de violencias o amenazas en contra de quienes pudiesen discriminarnos, sería la autoridad quien estaría obligada a reprimirnos e intimidarnos, y siendo ellos quienes decidirían y resolverían según su apercibimiento si atentamos contra la moral ciudadana. Si esto fuese así y con un general homofóbico al frente de la Seguridad pública, entonces podría arrestarnos, arraigarnos e incluso encarcelarnos por poner en riesgo la economía y la paz social del municipio".
Roberto Guzmán reiteró que "ante esta nueva y absurda Ley no llevaré a cabo la XI Marcha Gay en Cancún ya que se trataría de una nueva forma de criminalizar nuestras demandas, violentar nuestra libertad de manifestación y asociación, tal y como se hacía en los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz para reprimir y acallar el disenso".
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