EN PRIMERA FILA Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
CHETUMAL Q. ROO 21 AGOSTO.- Coincidentemente designado este jueves como nuevo delegado del CEN del PRI en Nuevo León, supuestamente "para reforzar el proceso de la competencia electoral rumbo al 2015", el ahora Senador de la República, Félix González -insistimos en omitir su segundo apellido-, convertido en uno de los mayores empresarios-gobernadores del Estado, pasó a la historia como uno de los mandatarios más maquiavélicos de Quintana Roo.
Aparentemente candidateado para un cargo en el servicio exterior mexicano sólo para "tantear" las reacciones políticas, el controvertido cozumeleño, convertido en la piedra del zapato del gobernador Roberto Borge Angulo, también es la pesada "sombra" y el paisano incómodo de éste por el triste despojo en que dejó a la entidad tras su sexenio.
No obstante las ruinas por el sospechoso endeudamiento que dejó como herencia, Félix González supo cubrirse las espaldas y maniobrar en todos los ámbitos para evitar alguna eventual persecución política o legal en su contra, ya que prácticamente "se blindó" ante los demás poderes del Estado, es decir el Legislativo y el Judicial.
Pero además, dejó su huella por todos lados, al grado tal que un hombre clave, su tío Luis González Flores, entonces coordinador de la XII Legislatura desde donde maniobró para "amarrar" los aspectos jurídicos de su gestión, fue Secretario de Gobierno de Roberto Borge al término de su gestión. Este cargo es una suerte de vicegubernatura como segundo de a bordo.
Al igual que su familiar, el controvertido ex gobernador contó con la complicidad de quienes fungieron como titulares de la Contraloría, el aún presidente del Concejo Municipal de Bacalar, Francisco Flota Medrano, y Antonio Bernardo Baduy Moscoso, quien se quedaría "sin chamba" ante la desaparición del Consejo Estatal de Población (COESPO), en la que funge como Vocal Ejecutivo desde septiembre del 2011 y desde entonces puso "candados" a toda información de la dependencia.
Nada nuevo en él, ya que el 29 de septiembre del 2006 explicaría que en ejercicio de la facultad que le confería el Artículo 30 fracción VII de la Ley Orgánica de la Administración Pública y el Acuerdo por el que el gobernador Félix González "me delega la facultad que le compete al titular del Poder Ejecutivo para expedir los acuerdos que clasifiquen la información como reservada o confidencial…",
En este sentido, en una edición irregular y de pocos ejemplares para que nadie se enterara, el Periódico Oficial de Quintana Roo publicó en esa fecha un "Acuerdo por el que se clasifica como reservada diversa información del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado", entre ellas prácticamente toda la información que debiera difundirse de oficio, como la lista de clientes de la empresa Servicios Aéreos Ejecutivos, S.A. (VIP SAESA), cuyo accionista principal es precisamente el Gobierno de Quintana Roo.
Asimismo, incluía el ocultamiento de los programas sectoriales de agronegocios, forestal y de desarrollo indígena; la información relacionada con la reserva territorial del Estado, y no podían faltar los contratos de publicidad y demás documentos relacionados con los mismos del gobernador con los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, entre otros, esto a través de su Unidad del Vocero.
Así, con el argumento de "proteger la privacidad de las empresas contratantes" y "el interés del Estado", el gobierno de Félix González puso en marcha esa estrategia de opacidad para mantener bajo resguardo distintos casos de corrupción e impunidad, ya que existían explicables temores del gobierno de Quintana Roo por clasificar como reservada buena parte de su información, de la que Félix González fue uno de los principales beneficiarios, sin dejar oportunidades de hacer negocios, hasta en chicles si hubiera querido.
En el caso concreto de la información de la paraestatal Servicios Aéreos Ejecutivos -que el periodista Ernesto Villanueva exhibió a nivel nacional-, el ex gobernador la clasificó como "reservada" por dos razones, primero porque, como tendencia anual recurrente, siempre ha operado con déficits, por gastar sensiblemente más de lo que recupera.
Y segundo, porque, conforme a las bitácoras del plan de vuelo de la nave XAUFB, propiedad de la paraestatal, los familiares y amigos de Félix González eran los viajeros frecuentes para traslados no oficiales a distintas partes del país y el extranjero, lo que constituía una presunta responsabilidad administrativa que daba lugar a varios tipos penales.
A pesar de ello, al auditar la empresa para distintos ejercicios fiscales entre 2006 y 2009, la Auditoría Superior del Estado, sospechosamente, consideró que la paraestatal supuestamente cumplió con las leyes, decretos, reglamentos y demás disposiciones aplicables en materia de sistemas de registro y contabilidad gubernamental.
Como colofón, nos preguntamos, ¿Acaso alguien conoce algo sobre las finanzas de VIP SAESA, aunque sea lo más mínimo? Lo dudamos. Lo último que se supo es que su director era Carlos Alberto Acosta Gutiérrez, de quien una columna de Javier Chávez Ataxca señaló en noviembre de 2012 que "como quien compra un globo en el parque…, entregó 500 mil pesos a Maritza Polanco Cáceres, recluida en el Cereso acusada de fraude por el prófugo Benito Ang Gómez, ex oficial mayor del Ayuntamiento capitalino".
Según explicaría, fue defraudado al entregar el dinero en dos etapas: un cheque por 350 mil y 150 mil en efectivo, y que, "analizada con frialdad, una operación de esta naturaleza es justificable en alguien con enorme poder adquisitivo, pero no en un director general obligado a la mesura, a menos que tenga en sus manos una mina de oro, lejos del escrutinio burocrático y social.
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