Chetumal Q. Roo 8 octubre 2013.-Con dos acepciones de suyo interesantes, el término "Asumir" cobró relevancia y se convirtió en un verbo de moda en los últimos días, luego de que el presidente Enrique Peña Nieto manifestara asumir la responsabilidad y costo político por el proyecto de reforma hacendaria, y aunque no dijo lo propio respecto a la magisterial, podemos ASUMIR que encaja en el mismo "molde".
Si bien una de las definiciones es "aceptar una obligación o una responsabilidad" y es precisamente uno de los compromisos que implica la investidura del Ejecutivo, nada extraordinario tendría qué ver en torno a la problemática nacional, no así en el caso de la segunda acepción: "Tomar conciencia de algo". ¿Alguien cree que el mandatario vislumbró la serie de consecuencias de sus actos y que ha alcanzado a la mayoría de los Estados?
No lo creemos, nadie lo cree, de lo que podemos deducir que le ha fallado su aparato de inteligencia, ese "elefante blanco" que otrora representaba el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) que, dependiente de la Secretaría de Gobernación y reestructurado durante el sexenio del priísta Vicente Fox, posee una estructura elemental inspirada en la CIA estadounidense, con una principal función de espionaje, infiltración y análisis de información estratégica.
En efecto, no de balde medio mundo está consciente del tremendo efecto de la reforma educativa, ya que, además de las críticas contra sus formas de concepción, ha provocado el justo o injusto resurgimiento de lo que muchos han dado por llamar el "México Bronco" que, como secuelas, ha implicado poner de moda el uso de palabras mayores para ese tipo de movilizaciones, entre otros guerrilla, revolución, agitadores, terroristas y anarquistas.
Salvo el caso del Ejército Popular Revolucionario (EPR), cuya existencia se ha hecho pública de años atrás, no fue sino hasta fines del año anterior, con ocasión de la toma de protesta de Peña Nieto, cuando se puso de manifiesto la presencia de los anarquistas que, sin embargo, en amplio reportaje de "24 Horas", ahora sabemos que, tras unos nueve años de mantenerse sin rostro ni nombre y en las sombras, sus células explicaron sus razones, motivos y métodos que seguirán utilizando ante el inicio de lo que llaman "el invierno subversivo".
En diciembre último publicamos sobre una variedad de símbolos relacionados con el anarquismo, acracia y anarquía, entre los que se incluyen la "A" circulada, la bandera negra y, por extensión, el uso político de ese color, aunque, reiterábamos, "lo grave es que anarquista es igual a persona que no cree en las leyes y, por ende, sumerge a una sociedad en la decadencia total. Con grave peligro para el país, tiene como objetivo final derrocar a Peña Nieto.
Sin embargo, también señalamos que contra la doctrina de Maquiavelo, en el sentido de que "el fin justifica los medios", dígase lo que se diga, la violencia no será nunca la solución de ningún conflicto, trátese del problema que se trate, ya que equivaldría tanto a reconocer falta de capacidad para utilizar otros medios pacíficos e inteligentes, y retornar al antiguo garrote como mejor "argumento".
En este sentido, créanos que así como la conmemoración de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco fue un simple pretexto para la reaparición de los anarquistas, el problema magisterial también es magnífica "semilla" para que el movimiento se infiltre para causar el mayor daño posible a la paz social, instituciones, funcionarios y, en términos generales, todo lo que implique gobierno.
Conforme crónica del diario "Reporte Indigo", en diciembre último, la corriente anarquista internacional "Bloque Negro" y el bloque insurgente "Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional", son las fuerzas que chocaron violentamente con policías en las afueras de San Lázaro: Más de mil personas, muchas vestidas de negro, encapuchadas y armadas con bombas molotov, "dieron la bienvenida" al nuevo gobierno.
Por ahora, según "24 Horas", la carta de presentación de los anarquistas son dos "mensajes" registrados en la página de internet "Contra info", que utilizan otros grupos subversivos a escala internacional, incluso se puede leer en 13 idiomas y surgió tras las movilizaciones que se dieron en Grecia en 2010.
Agrega que se hacen llamar "Coordinadora de las Sombras" y que son tajantes: Nos toca hablar. Adjudican a sus células de encapuchados la autoría de hechos violentos, y advierten que es el inicio de una estrategia encaminada a generar un invierno subversivo, con una referencia histórica que data de 2004, en la Cumbre de Guadalajara, con acciones violentas de algunos manifestantes:
Ahora bien, si en diciembre incendiaron automóviles, lanzaron cientos de bombas "molotov" y petardos; apedrearon, golpearon y gritaron, con lo que sorprendieron a quienes se manifestaban pacíficamente -como ocurrió el 3 de octubre- la mayoría de los detenidos resultó inocente, no así en esta ocasión, donde, salvo una que otra excepción, videos y fotos demuestran la participación de los capturados, contra los que, también hay que decirlo, la inepta policía capitalina se sobrepasó.
Lejos de tratarse de brotes esporádicos de violencia repentina, lo sucedido en diciembre fue una campaña de rebelión bien estructurada y organizada, con coordinación de facciones, inteligencia, capacidad operativa, propaganda y recursos humanos, y aunque días previos diversas corrientes habían convocado a la manifestación, su intensidad y alto grado de barbarie tomó por sorpresa tanto al gobierno de la ciudad de México, como a las instancias federales.
A 10 meses de distancia, hoy se reconocen como anarquistas, pero también como vándalos, infiltrados y provocadores, y aseguran que no les interesa criticar las reformas energética, hacendaria o educativa, ni aliarse con grupos como la CNTE, Morena o #YoSoy132, pues sostienen que, como decíamos hace 10 meses, "su guerra es contra todo el Estado-gobierno", y que, inclusive, no les interesa el diálogo ni la interlocución con el gobierno u organizaciones de otro tipo (¿?)
Al igual que hace 10 meses, hacemos un nuevo llamado de alerta por estos movimientos como nueva insurgencia urbana de fuerzas anarquistas, socialistas, revolucionarias y organizaciones insurgentes que retoman las armas y salen a la calles, y dejan las huastecas, sierras y llanos para movilizarse en la ciudad, aunque para algunos sean simples "vándalos".
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