Chetumal Q. Roo 9 de enero 2014.-El reciente fin de año fue pródigo en materia de información, tanto en la despedida del 2013 como en la llegada del 2014, cuando la nota principal fue el alza generalizada de precios, aunque en materia política lo más mencionado no sólo fue el cambio de la titular de la Secretaría de Educación y Cultura, sino el nombre de quien la sucedió en el cargo.
Aunque para algunos se trate de una noticia que se cuece aparte, el nombre del boxeador Sergio "Yeyo" Thompson también se incluye entre las principales crónicas, pero por involucrar a una de las corporaciones que desde el inicio de la administración ha sido infructuoso objeto de polémica por el papel de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular se ha mantenido contra viento y marea.
En este sentido, los nombres que han se han mencionado en los últimos días son los de José Alberto Alonso Ovando, Sara Latife Ruiz Chávez, Sergio Fernando "Yeyo Thompson" Díaz Santos y Carlos Bibiano Villa Castillo, respectivamente.
El de este último, sin embargo, fue un caso recurrente en todo 2013, ya que la inseguridad ciudadana fue la principal víctima del pésimo desempeño del funcionario que, como están las cosas, nos obliga a pensar en tener que aceptarlo en lo que resta del sexenio, aunque, eso sí, adoptando las previsiones necesarias, tales que nos orillan a defendernos por nuestra propia cuenta.
Respecto al pugilista, quinto clasificado de peso súper pluma del CMB que el 17 de agosto último perdió la pelea por el campeonato mundial por ante el defensor japonés Takashi Miura, en la plaza de toros de Cancún, fue arrestado tras enfrentarse a cuatro policías municipales que intentaron detenerlo cuando ingería bebidas alcohólicas en el Boulevard de Chetumal.
El boxeador estaba con varios amigos y los uniformados le pidieron retirarse, pero reaccionó violento y arremetió a golpes. Finalmente fue sometido y enviado a la cárcel, donde familiares y amigos pagaron su fianza, aunque Rafael Rivero Aburto, ex secretario particular del mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio, ex alcalde de Othón P. Blanco, "exigió" arrestar y destituir a los policías por dislocarle el hombro al boxeador y robarle un teléfono, dinero en efectivo y tarjetas.
Según algunos medios, se necesitaron seis policías para someterlo y subirlo a la patrulla, ya que, según el titular de la corporación, Gumersindo Jiménez Cuervo, la orden era retirar a los borrachos de la bahía.
El "curriculum" del púgil, ahijado del promotor-periodista Pepe Gómez, hace creíble parte de la versión oficial, ya que en marzo de 2010 fue detenido en el aeropuerto de Cancún por golpear a un reportero, lo que no impidió su pelea de fin de semana en una discoteca de la zona hotelera por llegar a un acuerdo con su demandante.
Asimismo, tenía una orden de aprehensión pendiente por golpear dos años atrás en el bar Sky de Chetumal al reportero Alexander Harafad Dorado Dzul, quien le reclamó faltarle el respeto a su esposa, aunque, independientemente, tenía otros expedientes por golpear salvajemente en otra discoteca a Enrique Durán Manríquez (a) "La Nauyaca".
Por si fuera poco, en 2010 "Yeyo Thompson" golpeó y rompió el panorámico del automóvil de Manuel Abraham Alonso Peraza, de 20 años de edad, ex marido de su pareja sentimental, cuando éste acudió a buscar a su pequeño hijo de tres años en un predio ubicado en la confluencia de la calle Chechén y Calzada Veracruz.
Por si fuera poco, en febrero de 2012, la policía municipal detuvo en el fraccionamiento "Lomas de Chetumal" a su padre, Fernando Díaz Thompson, entonces de 53 años, a quien acusaron de contrabandear con una camioneta Pathfinder azul, matrícula beliceña C-5888 tres pacas de ropa de la Zona Libre de Belice, por lo que fue consignado a la PGR.
Sin ánimo de defender al boxeador ni de justificar a su amigo Rivero Aburto por "exigir" arrestar y destituir a los policías -recuerde que carece de la influencia que gozó con el "Junior" Villanueva-, creemos hasta con los ojos cerrados la "extraña" desaparición del teléfono, dinero en efectivo y tarjetas de crédito.
En efecto, ésta no es la primera ni creemos que la última ocasión en que golpean a los detenidos o "desaparecen" sus pertenencias, principalmente de los alcoholizados, pretexto de los policías para justificarse ante sus acusadores, ya que nunca se ha sabido que hayan sido objeto de alguna investigación o que hayan "aparecido" o devuelto los objetos sustraídos, sobre todo dinero en efectivo, alhajas y celulares.
Hasta donde sabemos, el 9 de abril de 2011, con ocasión del cambio de estafeta entre los gobiernos de Andrés Ruiz Morcillo y el repudiado Villanueva Tenorio, el primero entregó "como ejemplo nacional en materia de seguridad y aplicación de recursos del programa de Subsidio de Seguridad Municipal (Subsemun)", una serie de instalaciones que había inaugurado el 22 de marzo anterior.
Esto último, acorde con planteamientos de la Comisión Estatal de Derechos Humanos e integrado por una cárcel pública "inteligente", un Área de Atención a Víctimas Niños y Adolescentes en Riesgo Social y la comandancia de la Unidad de Respuesta a Emergencias Médicas (UREM)
La nueva cárcel contaba con siete celdas con rejas eléctricas, tres de ellas con espacio para entre 30 y 40 varones; dos para 10 féminas, y las restantes para unas 10 personas, todas con un completo control a través de ocho cámaras de circuito cerrado las 24 horas y áreas de registro de huellas digitales y de trámites con personal de la Tesorería Municipal para que los detenidos o sus familiares puedan pagar al momento su multa y retirarse.
Ignoramos qué habrá sido de toda esta estructura que, al menos en teoría, evitaría los casos de corrupción que tanto auge cobraron durante el criticable periodo de Carlos Mario y que amenazan con extenderse al de Eduardo Espinosa, quien, al menos hasta hoy, ha insistido en mantener a Jiménez Cuervo en la policía preventiva, aunque tendrá mucho que explicar tras casi tres años de fracasos en materia de la seguridad en OPB, al igual que Villa Castillo en la Secretaría.
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