En Cancun no pasa eso que denuncian que pasa en España... No aqui las licencias las sacan rapidito y conforme a la ley, sin mordida alguna. Son mentes insidiosas y subversivas las que afirmen lo contrario, asi les haya pasado.
Por Joel Hernández Santiago*
Por Cortesia de
elcomunista.net
Nos decía el gran historiador, don Luis
González y González, que eso de la corrupción en México viene de lejos. Y
ejemplificaba con un caso: durante la Colonia, la administración
virreinal no alcanzaba a cubrir el territorio nacional con instrumentos
de control y supervisión para la recaudación fiscal o, incluso, para el
cobro de servicios, como permisos, vigilancia…
Y como tampoco tenía personal en toda la
extensión territorial, entonces se habilitaba a habitantes del lugar a
quien se le concedía autoridad para otorgar permisos, vigilancia,
reconocimientos legales… Pero como tampoco había forma de pagarles, pues
entonces estos señores cobraban por sus servicios, de manera directa y
de forma discrecional…
Así que los habitantes de los pueblos
pagaban el servicio mano a mano, con monedas o trueque, por el servicio
prestado. Y a muchos se les quedó la costumbre de estirar la mano.
‘Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento’ a esta práctica
se le decretó: ‘simplificación administrativa’ y hoy, muchos
funcionarios de gobierno abren el folders y llenan el cajón del
escritorio con esas dádivas que ahora se llaman ‘corrupción’…
Naturalmente existen los funcionarios de
gobierno impolutos y sin mancha, no se trata de generalizar en un tema
en el que unos cuantos no hacen que engorde el caldo…
Pero mientras son peras o son manzanas, eso de la corrupción se cuece por todos lados, en donde menos se espera.
Hace tiempo, al tramitar la renovación de
una licencia de manejo, la encarga de otorgar la hoja de autorización
en la barandilla de la oficina de Tránsito, subrayaba a cada uno de los
solicitantes:
–“No se le olvide que hay que hacer un examen de manejo, y la verdad es muuuuuuuy difícil…”
–“Pero si tengo 20 años de manejar y sólo vengo a renovar la licencia.
–“Si, pero de todos modos tiene que hacer
el examen y es muuuuuuuy difícil…” Ejem… Y de pronto estiraba la mano
discretamente y recibía el billetín corruptor…
Pero el mini-corrupto-burócrata es nada
comparado con los grandes enjuagues con intereses millonarios y
ganancias para todos. Lo de Oceanografía se está investigando, y de probarse el delito, podría haber palomitas de San Juan por estos días, de aquellas que ‘cruzan el pantano, y manchan el pantano’.
Todo esto viene al caso porque apenas este domingo, integrantes del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), dependiente del Consejo Coordinador Empresarial
(CEE) pidió que “se castigue a quienes cometan actos de corrupción, sin
importar su cargo público y establece un programa de incentivos para
que las personas y empresas denuncien este delito sin temor.” ¿Se lavan
las manos en lo de Oceanografía?
“La corrupción –dice CEESP- que se
fortalece por la falta de rendición de cuentas y de transparencia,
representa un problema serio para México, porque tiene un efecto
negativo en el ritmo de crecimiento de la economía”.
Si. Pero para que haya un corrupto, también hay un corruptor…
Resulta que, precisamente una de las
fuentes de corrupción mayor, en México, es el de las ‘dádivas graciosas’
de muchas empresas privadas que buscan conseguir contratos con el
gobierno federal, estatal o municipal.
Son empresas y empresarios, quienes
reconocen al ‘diezmo’ –que es un porcentaje de su utilidad para quien le
ayude a conseguir la contratación o la venta o el servicio-, como una
de sus prácticas de negocios e, incluyen estas dádivas en su
contabilidad porque, eso sí, el contar-contar-contar-ganar-ganar-ganar,
es la regla…
Y aquí volvemos a la sabiduría de Sor
Juana: ‘¿Quién peca más, el que peca por la paga, o el que paga por
pecar?’. En el delito de corrupción hay dos partes.
En el caso de la gente de a pie, con
mucha frecuencia se cae en el garlito burocrático de dar, para recibir,
porque muchos empleados ejercen su derecho personal de la lentitud en la
realización de los trámites, y esto hace que se tenga que ‘aceitar’ la
maquinaria corrupta.
La corrupción es una enfermedad que no
necesariamente es contagiosa, pero que es dañina. Y ese daño provoca que
muchos de los recursos que debieran llegar a la hacienda mexicana se
queden en el camino, con la consecuente deficiencia administrativa de
distribución justa, equilibrada y sana del resultado del trabajo de
todos…
Así que, el sector empresarial pide
transparencia. Si. Pero no hay que olvidar que cuando en 1982 el doctor
Samuel I. del Villar propuso aquella “Renovación moral de la sociedad”
todo el mundo se le echó encima por “esa locura”, incluyendo a los
empresarios nacionales y extranjeros…
Pide transparencia un sector en donde
muchos de sus integrantes son de mano extendida y quienes pasan por
encima de esa transparencia cuando se trata de que en sus balances
generales, el de pérdidas y ganancias y en sus balanzas de pagos todo
sea “utilidad”. En qué quedamos, entonces. ¿No debieran comenzar por
limpiar su propia casa?
*joelhsantiago@prodigy.net.mx Twitter: @joelhsantiago
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