- Luis Hernández M.
Miércoles, Febrero 19, 2014 - 06:42
¿Dónde quedaron sus amigos, compañeros y aduladores?
La maestra Elba Esther Gordillo Morales solía celebrar su cumpleaños exactamente el 5 de febrero; el día de la promulgación de la Constitución de la República, lo hacía rodeada de sus compañeros líderes del SNTE y amigos; de una gama de aduladores variopintos.
Desde las 4 de la madrugada llegaban a su casa de Polanco los distintos grupos con mariachis y ramos de flores comprados en las mejores florerías del Distrito Federal, regalos de toda especie que hacían llegar los secretarios generales de las secciones sindicales del país, de acuerdo a la investidura y al rango de poder sindical y político que representaba.
Elba Esther Gordillo Morales, investida de dones celestiales recibía a los políticos de derecha y de izquierda y a todos los del espectro de la luz solar.
Elba la líder, la bienhechora de las candidaturas de diputados y senadores, la que “palomeaba” el reparto de las candidaturas a los puestos de elección popular, desde las candidaturas a las presidencias municipales hasta los apoyos a los candidatos de los gobiernos locales y de la Presidencia de la República, la que negociaba con los gobernadores de las 32 entidades federativas los puestos en las administraciones locales de la SEP; la que desde su puesto en el Congreso dispuso el nombramiento de algunos Consejeros Electorales del IFE.
Elba la polifacética líder que en Julio de 1990 convocó a intelectuales, académicos y dirigentes sindicales del país y del mundo al Primer Encuentro Internacional de Trabajadores de la Educación para debatir los asuntos del Estado, la Sociedad y la Educación en el Marco de las Transformaciones Contemporáneas.
En enero de 1990 se realizó el Primer Congreso Nacional Extraordinario para elegirse “democráticamente” en un proceso de legitimación de su nuevo liderazgo al frente del SNTE, un espacio para recomponer el poder sindical maltrecho por la intervención del gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari; Elba “la demócrata” que nos prometió un nuevo proyecto sindical y que terminó por cooptar a varios líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; la que en los resolutivos de Tepic Nayarit se comprometió construir un Nuevo Sindicalismo que comprendiera el momento histórico del momento, la democratización del antiguo bloque de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas la URSS que para entonces ya era parte del pasado o estaba a punto de desmoronarse el viejo imperio del proletariado construido bajo la guía de Lenin.
1990 son tiempos de profundos cambios de los Estados nación. Elba ya fue convencida por sus asesores de la necesidad de construir nuevas prácticas sindicales si se quiere que el SNTE prevalezca al cambio de los tiempos que se imponen por el neoliberalismo y la globalización económica.
El Primer Encuentro Internacional: Estado, Sociedad y Educación en el Marco de las Transformaciones Contemporáneas es la primera convocatoria del sindicalismo que no realiza la vieja costra burocrática soviética; lo hace un sindicato, tal vez el único sobreviviente de América Latina con capacidad económica y la fuerza numérica para convocar al mundo. Aquí llegaron “los obreros rusos y soviéticos”, los sindicalistas de Alemania y los que un día lideró la comunista Federación Sindical Mundial –FSM-.
A Elba le debe el SNTE el haber realizado la primera movilización a escala regional para disputarle al Comandante Fidel Castro Ruz el control y liderazgo de la Confederación de Educadores Americanos –CEA-; al trasladar a la Habana en 1993 a más de 30 mil trabajadores de la educación en el evento internacional Pedagogía 93.
Elba y su proyecto sindical fueron perdiendo fuerza y aliento en el conflicto permanente con una oposición interna a la que no supo o no quiso incorporar en un gran proyecto sindical incluyente, sobre la base de un nuevo discurso y sobre todo bajo un proyecto realmente democratizador y no solo como parte del control de las distintas camarillas a su poder personal. El discurso de 1990 se avejentó, se hizo práctica burocrática y finalmente, se ahogó en la corrupción y la antidemocracia, al grado de dejar en la más absoluta orfandad a los trabajadores de la educación. Sin sindicato, sin capacidad de respuesta.
Elba pudo haber construido el poder sindical de los trabajadores; pero prefirió hacerlo pactando con los cacicazgos regionales y seccionales; no supo tampoco integrar en una sola organización sindical a los trabajadores de origen estatal y federal, ello pudo posibilitar la profundización de la descentralización de la Educación Básica impulsada por el SNTE en 1992-93 al grado de impedir su regresión centralizadora como ocurre en la nueva administración del actual gobierno.
Elba la madre magnánima, la de la rigidez e inflexibilidad cuando tenía que defender su patrimonio y su poder infinito y que la hizo olvidar que detentaba un poder prestado, tolerado por los gobiernos con los que acordaba y pactaba al grado de dirigir e influir en los proyectos educativos sexenales incluso, al margen de los Secretarios de Educación en turno.
Elba y la burocracia sindical del SNTE no previeron los riesgos del triunfo de Enrique Peña Nieto y mucho menos, midió la influencia de sus enemigos personales para “levantarle la canasta”, “Para recuperar la rectoría del Estado en educación”. Ahora la mujer que se proclamó líder vitalicia está en prisión; ha sido expulsada y suplantada por sus compañeros y amigos del SNTE, pero también, del Partido que construyó sobre bases de ilegalidad, chantajes y compra de lealtades ahora, seriamente cuestionadas.
Al cumplir su 69 Aniversario, lo celebra en la más absoluta soledad, viendo a los que la traicionaron como disfrutan de sus favores. Elba está sola, sin poder controlar la ambición de sus propias hijas, nietos y yernos. La maestra ve derrumbarse su imperio; ahora de nada le sirven los millones de pesos acumulados durante más de 20 años, las propiedades lujosas en México y el extranjero; ¿Dónde están sus colecciones de arte? ¿Y su obsesión compulsiva por comprar en París?,
La ingratitud con ingratitud se paga. "El que a hierro mata, a hierro muere" dice el refrán. ...todo tiene su tiempo sobre la faz de la tierra, tiempo de mandar y tiempo de guardar…de recuperar la rectoría del Estado, en lo que es asunto del Estado, la administración del poder (18-02-2014).
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