sábado, 21 de septiembre de 2013

¿HACIA DÓNDE VAN LOS MAESTROS?

                                                    

EL GOBIERNO ESTATAL CUMPLIÓ PARCIALMENTE LAS DEMANDAS QUE PLANTEARON LOS PROFESORES QUINTANARROENSES CON LO QUE CULMINARON EL PARO ESTE 21 DE SEPTIEMBRE CON LA FIRMA DE LA MINUTA LA CUAL SE EFECTUÓ EN CANCUN.


EN PRIMERA FILA                                             POR LUIS A. CABAÑAS BASULTO

Chetumal, Q. Roo, sábado 21 de septiembre de 2013.-Interesante envío del maestro Florentino Balam Xiu, uno de los pocos políticos inteligentes -así, con todas sus letras- surgido de las filas de la Sección XXV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), nos obliga a reflexionar en torno al movimiento magisterial que este martes puso de cabeza la actividad turística de Quintana Roo con el bloqueo del llamado "Kilómetro cero" de la zona hotelera de Cancún.

Aunque estamos ciertos que el sólo nombre de este político levantará ámpula por otras circunstancias, lo cierto es que, en su momento, fungió como secretario general de esa agrupación, tras lo cual, como antiguo "rito" político de aliados PRI-SNTE, se convirtió en diputado local y fue factor determinante con su desempeño legislativo de la entonces fortísima IX Legislatura, cuyo único eslabón débil era su Coordinador, Héctor Esquiliano Solís.

Etiquetada en redes sociales, la gráfica de nuestro personaje, desde hace una década en la "banca, pero en nómina de la Secretaría de Educación, de donde se convirtió en uno de los múltiples "damnificados" de la gestión de Sara Latiffe Ruiz Chávez, ilustra hacia que los maestros mexicanos se dirigen a un abismo, pero, a pregunta de los que están adelante sobre el rumbo, la respuesta es "no sé, pregúntale a los que nos van empujando", mientras que los que van atrás refieren: "Ni idea; los de adelante lo deben saber".

Este es exactamente el caso de nuestros maestros que, realmente ignorantes de lo que hacen -con el perdón del término-, siguen avanzando hacia adelante, ahora sabemos, encabezados por agitadores michoacanos que los amenazan con abandonarlos a su suerte de no "obedecer" sus instrucciones, cumplir sus "guardias" y pagar sus "cooperaciones", por lo que andan "del tingo al tango" sin saber por qué o para qué. Simplemente, les dicen, "para no perder la chamba" o que la educación se privatice. 

 

La cierto es que se trata de una verdadera lástima que hasta hoy no hayan abierto los ojos y que los hayan cerrado incondicionalmente ante el surgimiento de la Reforma Educativa, cuyo problema real en Quintana Roo, créalo Usted o no, se llama Sara Latiffe Ruiz, y la solución, cortarle la cabeza cuanto antes.

Lo único que han causado esas agrupaciones magisteriales, que antes encabezaba el SNTE, después la medio conformada CNTE chetumaleña y ahora el SITEQROO -Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación en el Estado- es empantanar el problema y obstaculizar su solución, ya que su verdadero interés -aunque Ud. no lo crea- es curiosamente que no se resuelva, por lo que una y otra vez han desconocido a los Comités de Lucha que negocian con el Gobierno del Estado. ¿Su pretexto? ¡Ya se "vendieron"!, según ellos.

Bueno, esto no es extraño, ya que han esgrimido la misma, falsa acusación CONTRA CUALQUIER PERSONA que se "atreva" a sugerir cualquier cosa contraria a sus intereses, o bien escribir alguna idea en redes sociales, de las que han tratado de "adueñarse" con ingenuos cibernautas que, muchos de ellos desde el anonimato o faltos de un currículum que respalde su calidad moral o profesional, vigilan todos los envíos para responder con insultos y provocaciones. Intolerancia pura, pues.


A esos extremos han llegado los provocadores que, ante pocos o ningún mortal que se atreva a responderles -no por falta de argumentos (sobran), sino por ser desgastante-, se han pasado por el arco del triunfo esa libertad de expresión que, irónicamente, ellos mismos exigen. Se olvidan del dicho aquel que, muy empleado en el "argot" periodístico, refiere que "podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo".

 

Pero además. Imagínese responderles uno a uno sus reclamos, la mayoría sin alguna relación con el problema magisterial que, repetimos por enésima ocasión, nada tienen que ver el Gobierno del Estado o el gobernador Roberto Borge Angulo, contra quien sólo han demostrado su falta de argumentos con burlas y faltas de respeto que si alguien reclama termina por ser tildado de "chayotero", "vendido", "mal periodista", cuando que la forma adecente de reclamarlas cosas es precisamente con decencia. Ignoran que lo cortés no quita lo valiente.

Nos acordamos de algo similar durante el recién iniciado sexenio de Joaquín Hendricks Díaz, cuando la gente reclamaba a éste la persecución de la PGR contra el ex gobernador Mario Villanueva Madrid, como si el mandatario hubiera ordenado o encabezado su detención. Los plantones, lejos de hacerlo frente a la delegación de esa dependencia, se organizaron frente a palacio de gobierno, como si no buscaran quién la hizo, sino quién la pague.

Pero vaya, en ese entonces no perduraron tanto las manifestaciones, creemos, no tanto por lo justas o injustas, sino porque no existían intereses ajenos al movimiento, concretamente sindicatos que, creados en su momento, cuando hacían terrible falta al país, hoy han dejado de justificar su existencia y sólo sirven para hacer más ricos a sus dirigentes, por cierto durante muchos años, si no es que de manera vitalicia, como Fidel Velázquez, Elba Esther Gordillo o Carlos Romero Deschamps.

Muy jóvenes nos enteramos de que la historia sindical comenzó en México durante los primeros años del siglo XX, con las huelgas de Cananea, Sonora (1906) y Río Blanco, Veracruz (1907), como detonantes, cuando los participantes exigían protección y seguro del trabajador y la labor de éste en territorio mexicano, así como un salario mínimo -en ese entonces de 5 pesos y una jornada de 8 horas-, además de otras prestaciones que con los años fortaleció y respaldó la Ley Federal del Trabajo.

Para vigilar el cumplimiento de esas exigencias se crearon sindicatos, que velaban por el trabajador y cumplieron durante algunos años su objetivo, si no al 100 al menos en un 90 por ciento, y de ahí que no eran tan malos como intermediarios, aunque lo negativo es su gente y que sus agremiados no les pongan trabas y hagan lo que quieran, como quieran… hasta hacerse multimillonarios.

Aunque en menor grado, por tratarse de "monstruos" menos grandes, el gremio de los taxistas es un caso similar de sindicatos que no cumplen su función, excepto tolerar a sus socios que, aunque no viene al caso, vale la pena incluir el aumento de sus tarifas en Chetumal, que plantearon hace unas semanas, pero sólo para cumplir las formas, ya que, de hecho, ya cobran, no uno sino dos pesos ante el consentimiento -¿o la "vista gorda"?- de las autoridades del ramo, que ¡jamás han subido a un taxi!

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