jueves, 12 de septiembre de 2013

Y QUE SE QUEDA EL GOBER CON LAS GANAS… un cuento de policías, en realidad muy real.



Por Gabriel Morales.

“Carajo!  Por qué nos hace esto el jefe!. Nosotros que pinche culpa tenemos que los maestros anden de revoltosos.”
-          “Si pareja, era nuestro día de descanso, y ahora a tener que ir a esa marcha pendeja!”
–Contesta otro de los tres policías preventivos vestidos de civil, que casualmente iban en el último asiento del camión ruta 20, con destino a Plaza de las Américas, el 11 de septiembre pasado, igual que yo-.
Eran tres personas, todas con corte tipo militar, morenos. Uno de ellos de bigotito, chaparrito, claramente se le notaba en su modo de hablar que era tabasqueño. Uno más era alto, musculoso, con cara de pocos amigos. (De hecho, el jamás abrió  la boca durante todo el trayecto). El tercero, igualmente de baja estatura que el primero, pero su hablar era netamente yucateco.



Comencé a afinar mi oído, desde que escuche la primera queja, pues, que grande es Dios! Los informes que varias compañeras nos pasaron respecto a que había un operativo puesto en práctica para reprimir a la marcha de maestros, se me confirmaban.
“Mare! –habla el tercero- y a luego nos dicen ma! que tenemos que entrarle a los putazos si los maestros se atreven a cerrar la entrada a zona hotelera, y que para eso tenemos el apoyo de los federales”.
Sigo escuchando, ­-ya vamos por el Crucero, entrando a la Tulum- . -Y a la vez me doy cuenta que por lo visto el operativo es orquestado por los tres niveles de gobierno. Del federal y estatal, no me extraña, han dado muestra una y otra vez de que son capaces, y la desesperación ante un movimiento magisterial que se desborda, tiene sumamente nervioso al Gobernador y a su gabinete. Pero del gobierno municipal, “mi gobierno democratico”? Eso sí me molesta-.
-“Oye paisa”
 -habla el tabasqueño, dirigiéndose al alto de estatura-.
“Tú te atreverías realmente a putear a los maestros?”
-El fornido solo contesta, murmurando (esas, por cierto, fueron las únicas palabras que le escuche);  
“pues para eso nos pagan no?”
Llegamos a Plaza de las Américas. Ya no escuche más nada. Pero me fui caminando, atrasito de ellos. Nos metimos por la Plaza, para salir al otro lado, el Malecón Tajamar, donde se estaban juntando los profes. Ahí los perdí de vista, pues  se dispersaron entre la gente.
Mi preocupación crecía. Era claro que el gobierno está dispuesto a todo, con tal de frenar al movimiento. Más cuando comencé a grabar el testimonio para Radio Barrio Cancún, la preocupación cedió a la euforia.  
Eran miles y miles! 
Maestras, maestros, madres de familia, organizaciones civiles. Bien organizados. Y clarito se vio que tomaron sus precauciones; Ni siquiera pasaron por el Kilómetro cero, que es la entrada a la zona hotelera.
La marcha transcurrió bien. Debido a la campaña a tiempo de denuncia en redes de los planes represivos del Gobierno, El Gober tuvo que quedarse con las ganas, al menos por esta vez, de acabar por la vía violenta, con el gran movimiento magisterial, el cual, así como van las cosas, bien pronto se convertirá en gran movimiento Magisterial-Popular. 

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